Lipari
Lipari
Lipari, la antigua Meligunis griega, es la más grande y poblada isla del archipiélago. Su aspecto actual es el resultado de innumerables erupciones y largos periodos de inactividad. Hoy los fenómenos de vulcanismo se limitan a la presencia de actividades fumarólicas y emociones de agua calientes. Entre los monumentos más importantes para visitar os aconsejamos: el Castillo con sus grandes paredes, la Catedral construida por los Normanos en el año 1080, el antiguo claustro benedectino, la acrópolis y los restos de Edad Griego-Romana.
Toda la historia de las Islas Eolias pasó por Lipari, que hoy guarda un Museo Arqueológico de gran interés internacional y de valor excepcional. En la isla hay que visitar a las termas de San Calogero que, conocidas desde la Edad Griego-Romana por sus propiedades terapéuticas, sn consideradas las más antiguas del mediterráneo.
Las aguas salsa-fosfato-bicarbonato sódicas salen a una temperatura de 60° y hace tiempo eran utilizadas para curar artritis, dermatitis, acné y otras enfermedades de la piel. El establecimiento, resaurado desde tiempos recientes, no es activo pero es testimonio de la vocación termal de Lipari; se pueden visitar: dos baños de Edad Griego-Romana y una del Ochociento, una piscina termal Romana y un tholos micenéo de hace 3500 años, utilizado como sauna termal. A lo largo de la costa que va desde Canneto hasta el barrio de Acquacalda hay muchas playas de pómez blanca que, con los colores del mar que varían desde el turquesa hasta el azul intenso, crean un paisaje único y evocativo.
En la antiguedad estas áreas se utilizaban para la extracción de la obsidiana, piedra muy importante para las islas, mientras que hace algunos años se efectuaba la excavación y la exportación de la pómez por todo el mundo.
A nivel turístico, la excursión en barco alrededor de la isla es una experiencia que no se puede perder, sobre todo para admirar la parte sur, donde desde el mar surgen majestuosos y evocativos, los acantilados (faraglioni) de Pietra Lunga y Pietra Menalda.
Toda la historia de las Islas Eolias pasó por Lipari, que hoy guarda un Museo Arqueológico de gran interés internacional y de valor excepcional. En la isla hay que visitar a las termas de San Calogero que, conocidas desde la Edad Griego-Romana por sus propiedades terapéuticas, sn consideradas las más antiguas del mediterráneo.
Las aguas salsa-fosfato-bicarbonato sódicas salen a una temperatura de 60° y hace tiempo eran utilizadas para curar artritis, dermatitis, acné y otras enfermedades de la piel. El establecimiento, resaurado desde tiempos recientes, no es activo pero es testimonio de la vocación termal de Lipari; se pueden visitar: dos baños de Edad Griego-Romana y una del Ochociento, una piscina termal Romana y un tholos micenéo de hace 3500 años, utilizado como sauna termal. A lo largo de la costa que va desde Canneto hasta el barrio de Acquacalda hay muchas playas de pómez blanca que, con los colores del mar que varían desde el turquesa hasta el azul intenso, crean un paisaje único y evocativo.
En la antiguedad estas áreas se utilizaban para la extracción de la obsidiana, piedra muy importante para las islas, mientras que hace algunos años se efectuaba la excavación y la exportación de la pómez por todo el mundo.
A nivel turístico, la excursión en barco alrededor de la isla es una experiencia que no se puede perder, sobre todo para admirar la parte sur, donde desde el mar surgen majestuosos y evocativos, los acantilados (faraglioni) de Pietra Lunga y Pietra Menalda.